domingo, 18 de octubre de 2009

Una desgracia y la busqueda de la paz...



Hoy mi blog esta dedicado a mi compañera del secundario, J.B. y a su niñita F.L.

La muerte de su esposo en un accidente automovilístico me ha tenido reflexionando sobre el tema todo el fin de semana.
Siempre, cuando ocurren este tipo de tragedias, las palabras que uno puede llegar a decir le quedan chicas al sentimiento de desolacion. Y eso que uno no se encuentra en la piel de quienes realmente han sufrido esa perdida...el solo pensar en estar en ese corazon, desgarra el alma.

Con casi 30 años, he tenido el privilegio, o la desgracia, de no haber experimentado grandes perdidas en mi vida. A veces me encuentro con situaciones como esta, donde alguien a quien quiero mucho, le sucede algo muy doloroso, como es la perdida de un ser amado, y me pregunto cual será mi reaccion ante tal situacion.

Siendo una persona creyente y de profunda fe en Dios, me digo a mi misma que esa fe, tal vez podrá ayudarme a encontrar la paz de saber que "en esta vida solo estamos comenzando un camino, pero no es un final"....pero hay que estar en la piel de la situación para poder realmente "sentir" y "vivir" ese amargo momento.

Yo tuve el placer de conocer a su marido desde la adolescencia, cuando paseabamos por la puerta del Colegio de varones, para verlos a ellos y que ellos nos vieran a nosotras. Era el tipico ritual de miradas, sonrisas, charlas sin sentido y sobre todo llenas de la inocencia de creerse adultos, cuando aun la vida nos mantenia entre algodones.

En esas pasadas, en esos partidos de rugby y en esas fiestas, donde todavia bailabamos lentos, se conocieron mi amiga y quien seria su amor hasta hoy, Felipe.

Desde entonces, ya han pasado casi 15 años, en donde se fue forjando entre ellos el amor y la amistad. Entre las idas y vueltas, entre los tires y aflojes de toda relación que se va templando con la paciencia, tolerancia y los años.
Yo vivi varios años en el extranjero y eso me hizo tomar un poco de distancia de muchas de estas amistades de la infancia, sin embargo, a principios de este año, me encontré, por una de esas casualidades de la vida, con mi querida amiga de la primaria por la calle, estaba paseando a su Panchita por la calle. Tenía en un cochecito una hermosa niña, de ojos grandes y de sonrisa clara....pero me sorprendio verla a ella tan cambiada...ya no era la rubiecita de ojos claros, de uniforme corto y de actitud desafiante de la niñez, era una mujer, de mirada mansa, de profundidad en las palabras y de sueños en su corazón. el solo mirarla me dio la impresión de que junto a su esposo y su pequeña hija se habia encontrado a ella misma y no solo eso, sino "la mejor versión de ella misma".

Dimos vueltas a la manzana, y quedamos, como siempre uno suele hacer, con la promesa de volver a vernos, aunque siempre uno termina, apremiado por la vida, dejandolo para mas adelante, o para momentos como hoy, donde el encuentro es el menos deseado, porque lo único que uno puede hacer es abrazarla, arrepentirse de no haberla visitado cuando aun su marido estaba con vida y llorar con ella, anhelando que desde el cielo, todo ese amor que forjaron pueda darle la fortaleza para poder recuperar, con el tiempo y el apoyo de todos los que la queremos, la capacidad de soñar que hoy una desgracia le hizo añicos en segundos.

Seguramente esa pequeña luz que tiene por hijita será la fortaleza de ella para levantarse cada mañana, y decir "amor, desde el cielo dame la fuerza que hoy me cuesta encontrar" y seguramente mientras los años pasen y vea crecer a su pequeña, vera plenificarse ese amor que aunque hoy parece "desaparecer", simplemente esta alli, en el corazon de ella, y en el alma de su hija.

Miles de personas se pasan la vida buscando el amor, llorando por los fracasos, sufriendo porque no pudieron sacar adelante una pareja o simplemente pasan los días junto a gente que no aman, pero con quienes están cómodas. Mi querida amiga, J.B. las peleo todas con "Feli", se tomaron sus tiempos, pulieron sus defectos y virtudes, se enojaron y se arreglaron y luego, ella, sabiendo que el era el hombre de su vida, lo acompaño y le dió un "si" incondicional, pues el trabajo de el le exigia dejar la ciudad de toda su vida. Ella amaba esta ciudad, y tenia toda su vida aca, pero mas lo amaba a el y el sueño que tenian de un hogar juntos. Asi partieron a empezar de nuevo en otro lugar y finalmente fue haciendose de un hogar lejos de su tierra y aprendió a pelearla para ser feliz. Tal vez irónicamente, el señor la iba preparando para tan difícil prueba que llegaría a su joven vida...

Hoy todos los que la queremos y admiramos sabemos que no habrá palabras para consolarla. Hay una sola cosa que nos da paz y esperanzas a quienes la acompañamos y es saber que vivió con tanta entrega y tanto amor su relación de pareja que el tiempo le mostrará en su alma que "FELI" la amó toda su vida...y que partió de este mundo logrando cosas que muchos no logran alcanzar en una extensa vida: sentirse dichoso, amado y realizado como profesional, esposo y padre.


Es la primera vez en la vida que entiendo con tanta profundidad los votos matrimoniales que uno le hace al otro frente a Dios en el altar:

"me entrego a ti, y prometo serte fiel, en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, y prometo amarte durante toda mi vida"


Te quiero mucho J.B. y rezo por ustedes...